Re: Vuelta del Super

por **Naomi** Vie Jul 17, 2009 3:01 am

-Es la que me estaba comiendo mientras te esperaba... y te guardé un poco –alzó una ceja, como a punto de sufrir un tic nervioso cuando frunció imperceptiblemente la boca–. Si vas a querer una completa o más de una dime, las llevaré –ofreció tras ladear la cabeza y desviar la vista con inocencia, volviendo a colocar la mente en blanco antes de que se le tirara encima.

El besarlo o abrazarlo para molestar se estaba volviendo rápida y fácilmente una rutina, más que el simplemente querer estar cerca de él por su sola presencia (lo que no quería decir que eso no fuera suficiente). Era la victima tan inocentemente perfecta, que le encantaba provocarlo, y quizás ahora debía imponerse un limite con eso si no quería propasarse y lograr que la odiara.

por **Alan Halevy** Sáb Jul 25, 2009 1:50 am

Alan suspiró profundamente, tomando con la otra mano uno de los gajitos. Él realmente no estaba antojado de ninguna fruta. Entonces llevó con su mano aquel bocadito a los labios de su pet, pretendiendo que ella la comiera obedientemente. Realmente tenía el estómago cerrado, imposible de probar algo tan sólo.

-… Cómelas tú, Naomi –le indicó con algo de cansancio, esperando porque aceptara la idea-.

Dudaba realmente que tuvieran apetito antes de volver. Pero y si llegaba a suceder, siempre podía comprar algo en la calle para menguar la llegada a casa. Él no solía tener apetito, especialmente luego de noticias como la que había recibido hoy.

por **Naomi** Sáb Jul 25, 2009 12:02 pm

Tan sólo observándolo, la chica suspiró pesadamente antes de aceptar la invitación de la mejor gana posible, buscando tomarle aquella mano con extrema sutileza, de modo que el delicado roce de piel contra piel no fuera a aturdirlo como solía suceder normalmente.

-¿Sabes qué creo? –murmuró distraídamente sin verle a la cara–. Que deberías ignorar lo que sea que te haya dicho tu madre, no sirve lo que ella quiera, sino lo que tú quieras, y lo sabes, de otra manera no me hubieras pedido olvidar el asunto de las mascotas. Al final no tendrás que hacer nada que no quieras hacer –concluyó encogiéndose de hombros completamente despreocupada con una nueva sonrisa relajada, como si aquello fuera un tema ajeno de lo más intrascendente–. No te sientas obligado a nada, ni te tomes todo tan en serio... –y volteó a verle risueña con un ligero y juguetón movimiento de sus orejas–. En fin, ¿salimos?

por **Alan Halevy** Jue Jul 30, 2009 2:04 am

Alan asintió lentamente, siguiéndola al exterior de la morada, para emprender camino sin olvidar echar las llaves a la casa, dejarla segura. Su mente siguió en blanco aún desde el pequeño trecho hasta la vereda, hasta cuadras después, de camino al gimnasio del instituto. Sabía que Naomi tenía razón, tenía que ignorarlo todo y dejarlo correr, pero era justamente por eso que necesitaba desahogarse a su manera, sacar toda la frustración de él para dormir tranquilo.

El camino fue tan silencioso, tan deprimente seguramente para la pobre chica de curvas perfectas, que fue como una alegría por fin ver las puertas de vidrio del enorme lugar, con el logo plasmado en cada vidrio. Era exactamente el mismo logo que llevaba el pantalón y la remera del muchacho. Evidentemente, era el conjunto de un jugador que les representaba en cada torneo. El gimnasio era la segunda casa del morocho, que pasaba allí casi todos los días de su vida.

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