Recién llegados.

Apenas la llave entró en la cerradura y ésta giró para abrir la puerta, el muchacho se hizo a un lado como permitiéndole a la chica ingresar primero para que observara y hurgara cuanto quisiera. En realidad, no había nada que él quisiera esconder, y si ella iba a vivir con él, era mejor que se comenzara a familiarizar desde el principio con el lugar.

La puerta volvió a cerrarse esta vez tras ambos una vez ella ingresó, y le dio su tiempo a ambientarse luego de sonreírle para irse directo a la cocina a dejar la bolsa con el pedido sobre la barra.

-¿Tienes ganas de comer el postre ahora..., o lo dejamos para después? –preguntó desde su lugar, sacando la cajita de la bolsa con cuidado–. Aunque también podríamos ver una película...

*Al ver que el chico se hacía a un lado luego de abrir la puerta del lugar,lo entendió como una invitación para que entrara ella,aunque su curiosidad inherente se hubiera adelantado ante aquel razonamiento.Apenas puso un pie dentro del departamento,su mirada intrigada comenzó a abarcar todo lo que había dentro,ansiosa y emocionada,sabiendo que desde ese momento viviría allí con Seishiro.
Al oír la puerta cerrarse tras ella volteó a ver y se encontró con la masculina figura sonriéndole para luego atravesar la sala camino a la cocina,desde donde le preguntó si quería el postre en ese momento.*
-No gracias Sei-kun,quedé bien con la lasagna,quizá luego.-
*Al escuchar la segunda propuesta de Seishiro,sólo sonrió,y se asomó con cuidado a la puerta de la cocina.*
-Hmm,me gusta la idea de la película...-
*Dijo sonriendo,entrando a la cocina,mientras miraba al chico,ciertamente le gustaba él;quería hacerle muchas cosas,y una película era muy buena excusa.*

-Bien, tengo una lista de títulos extensa... No sé si quieras ir a verla y elegir alguna, están al lado de la televisión–ofreció con todo el ánimo, colocando la caja del postre en el interior del refrigerador para que pudieran comerlo después, y una vez terminó aprovechó para doblar la bolsa de plástico en la que había venido empaquetado para guardarla y así poder más libremente quitarse la sudadera que traía encima, quedándose únicamente con la ligera playera que le enmarcaba perfectamente el pecho y abdomen.

Ciertamente, andar abrigado en su propio hogar le era molesto, y si no fuera porque porque Aya acababa de llegar y él no quería darle mala impresión, seguramente hasta andaría descalzo. ¡Total, casi todo el piso del depa estaba alfombrado!

-Está bien!-
*Dijo sonriente,y partió canturreando hacia el mueble donde había visto el televisor.Efectivamente,habían muchas películas,y llena de la curiosidad innata que llevaba,comenzó a revisar con cuidado las diferentes carátulas.No tenía idea de lo que era un Gremlin,así que pasó de esa;luego encontró una que decía "Rápido y Furioso",quede no ser por la imagen de los autos,hubiera creido que trataba de estampidas,pasó luego a una que decía "Volver al Futuro",y casi se le funde el cerebro tratando de entender la paradoja.Luego de muchos rodeos tomó una llamada "La Noche de Los Muertos Vivientes" y la sustuvo en el aire,mostrándosela a Seishiro con expresión triunfante.*
-Veamos esta Sei-kun!El título suena interesante.-

-¿Te gustan las de terror?... –murmuró como al aire, acercándose para ver con atención el DVD que había elegido, pero no dijo mucho antes de encender la televisión y el DVD de forma manual, introduciendo el disco y tomando los tres controles remoto para entregárselos uno por uno a la conejita–. Televisión; DVD; Movie Theater –le indico cada uno tras entregárselo, dándose media vuelta para ir rumbo a las habitaciones–. Ahora vengo, ve eligiendo el idioma de la película por favor.

Y sin mucho más caminó directo a su habitación. Primero, tenía que encontrar al menos una camiseta o algo que pudiera usar ella para dormir esa noche y algo más para ponerse al día siguiente, de manera que pudieran salir después a comprarle ropa con la debida calma. La experiencia con mujeres le decía que debían salir temprano, porque aquella iba a ser una tarea que daría para largo; todas las mujeres eran iguales en eso.

*Asintió repetidas veces,tanto a la pregunta como a las indicaciones sobre los controles,hasta que por algún motivo siguió asintiendo mientras miraba como se traslucía vagamente el cuerpo bien formado del chico a través de su playera.Sus mejillas adoptaron un leve tono carmín mientras lo veía marcharse,dejándola con las ganas de ver más de él.*
-Es tan sexý!-
*Dijo para sí misma,sonrojada y euforica;dejándose caer en un sillón.*
-Es un bombón que me muero por desenvolver...y cuando lo logre,haremos "esto",y "aquello",y el "esto" lo volveremos a hacer pero más duro,y yo diré "Sei-kun,ya basta...eres muy rudo", y el seguirá haciéndolo y me dirá guarradas al oído,y acabaremos haciéndolo sobre la barra del desayunador...pero es joven;de seguro irá a la universidad o algo así y no podremos hacerlo todo el tiempo;así que cuando llegue hastiado de toda la jornada estudiantil,haré lo que el desee y cumpliré todas sus fantasias...y no me importaría saciar sus fetichismos...Dios,es tan lindo...-
*Decía cada vez más colorada,sin tomar en cuenta el hecho de que su voz se había hecho bastante más audible que al principio.Luego recordó de súbito que debería estar ajustando el audio de la película en lugar de tener fantasías con Seishiro.
Tomó todos los controles,y,repasándose mentalmente cual era de cada cosa,empezó a ajustar el audio,guiándose por los alaridos y otros sonidos de fondo que acompañaban la pantalla de menú,de la cual luego pasó a el menú de idiomos,para dejarla con subtítulos en español y con el audio original (inglés).Cuando lo hubo logrado,fue en busca de Seishiro,al que encontró en una habitación al fondo del pasillo,buscando algo de ropa.
Sigilosamente fue tras el,y sin que la notara,lo abrazó por la espalda pegándose a él,mientras en un momento de debilidad comenzó a acariciar suavemente el pecho del chico.*
-Ya está Sei-kun.-

El quedo suspiro que escapó de los labios del muchacho fue todo el desahogo silencioso que se permitió reflejar tras el traicionero estremecimiento que recorrió por completo su cuerpo, de pronto sensible por la delicada figura que se ceñía contra él. Mente fría, se repitió cuando se volteó de frente a ella para que le soltara, y antes de que pudiera volver a abrazarlo colocó sobre sus manos un par de prendas; era una playera larga que quizás le sirviera para dormir, negra, y una camiseta del mismo color con un estampado de un dragón en verde y unos shorts. Era lo más pequeño que tenía, y aunque más que seguramente le quedarían algo grandes, era mejor que nada, al menos hasta que pudiera comprarle más ropa.

-Y ésa de allá –señaló el cuarto que se veía tras la puerta abierta–, será tu habitación, aunque aún tengo que arreglarla un poco... –susurró, todavía haciendo algo de esfuerzo por borrar la inquietante sensación que le había quedado impresa en la piel.

Diablos, ¿cuánto llevaría desde la última vez que había podido intimar? O más bien, querido intimar con alguien... A ésa niñita le iba a ir como en feria si se le ocurría incitarlo de más, y después él no respondería; le iba a tocar el desahogo reprimido de varios meses sin sexo. ¡Más si se le seguía ocurriendo relatar sus fantasías en voz alta!

*Sintió a Seishiro separarla de su cuerpo y entregarle la ropa,a su entendimiento en un vago intento de mantenerle las manos ocupadas con algo más que no fuera su anatomía.Aquello la hubiera deprimido en cualquier otra situación,pero,suponiendo esa vez que el chico estaba algo nervioso,lo vió como un reto bastante tentador.Una sonrisita traviesa se dibujó en su rostro.*
-Wow...Sei-kun,muchas gracias.-
*Dijo sonriente,olfateó la ropa y se ruborizó levemente al sentir el aroma del chico en las prendas.Luego su vista se dirigió a la habitación que él ya le había señalado y comenzó a dar salttos,maravillada.*
-Sei-kun,es maravilloso,no debiste molestarte!!No tienes por que arreglarla,está perfecta como está.Pero...-
*Dejó de saltar.Su mirada volteó al chico,y esta vez no representaba la inocencia que estaba acostumbrada a interpretar,sino una mirada bastante mas adulta de lo que se podría esperar de ella,quizá hasta sugerente.Avanzó hacia él,dejando caer la ropa que sostenía lentamente,y lo empujó con mínimo esfuerzo hacia la cama,haciéndolo caer sentado en esta.
Se agachó un poco frente a él,dejando entrever sus pechos infantiles entre la holgada prenda de fábrica y tomando el rostro de aquel hombre que deseaba entre sus manos,sonrió,a escasos centímetros de sus labios.*
-...Si tengo miedo puedo dormir aquí contigo¿cierto?.-
*Dijo,para luego separarse de manera tan repentina como con la había empezado todo eso.Recogió las ropas de Seishiro y emprendió su camino a la habitación que le había designado,cerrando luego la puerta tras de sí,sin molestarse a cerrar con pestillo.*

-... Esa niña va a terminar paralítica y en silla de ruedas... –susurró ante el suspiro frustrado cuando intentó salir de la habitación con toda tranquilidad, sólo para adentrarse al baño y echarse agua a la cara, tranquilizándose a sí mismo y borrando la intensa incomodidad en su piel ahora sensible.

Hasta ése instante se le ocurría maldecir el que al parecer, las mascotas tuvieran un gusto particular por el sexo. ¿Les excitaría acaso la idea de ser folladas por un extraño? ¡No le hallaba sentido! Él apenas se estaba acostumbrando a la idea de que aquella conejita viviría con él, no era ni parecido a una simple aventura donde uno no volvía a verle la cara a la pareja en turno, esto era diferente. Y no podía decir que era relación de novios tampoco, ¡si apenas la estaba conociendo!...

-... Mejor me tomo algo –masculló por lo bajo antes de irse camino a la cocina por una cerveza fría. Tenía que, necesariamente, enfriarse un poco las ideas si no quería cometer una locura.

*Sintió el suspiro hastiado del muchacho y se sintió algo culpable;además,si siempre había renegado las tradiciones e impulsos de los pets¿Por qué entonces tenía tantas ganas de tener sexo con él?.
No.Debía mantener la calma y seguir centrada en sus objetivos fueran cuales fueren,aún cuando Seishiro oliera tan bien,y fuera tan sexy,y su torso tan bien formado y...
Sacudió su cabeza y se quitó la ropa,para luego ponerse la playera larga que le había dado,suponiendo que sería más cómoda.Cuando ya estuvo vestida y mentalizada,salió de la habitación,rumbo a la sala.A mitad del camino pudo ver a Seishiro enla cocina.Se acercó denuevo sin que la notara y besó fugazmente su mejilla,a modo de disculpa.*
-Lo siento mucho Sei-kun,creo que me dejé llevar...sólo,vamos a ver la película¿sí?.-
*Dijo sonriendo,mientras señalaba el camino a la sala,donde la pantalla de menú había esperado pacientemente hasta ese momento.*
-Te juro que no intentaré nada.-

-No..., ya sé que no lo harás –le sonrió con completa calma, aprovechando la corta distancia para tomarle con una mano del mentón con cuidado y acercarse a su oído–. Porque ya sé que inocente no eres, pero donde me provoques luego no quiero quejas si al día siguiente no puedes mover las piernas... –casi advirtió, desviando sus labios hasta depositar en beso en el cuello de la chica, permitiéndole sentir la calidez de su aliento contra la piel, causándole escalofríos–. Así que... cuidado.

Se separó, y tras sonreírle un instante y volver a tomarle un trago a la botella fría de vidrio que llevaba en la mano, continuó de lo más campante hasta el sofá de la sala para poder sentarse y tomar el control remoto del DVD, sólo para asegurarse que ya lo hubiera configurado.

*Se estremeció al oír las palabras de Seishiro,y un temblor repentino bajó por su espalda cuando sintió los labios y la cálida respiración de aquel hombre sobre la piel de su cuello.Se quedó inmóvil por unos segundos,luchando contra los deseos de pedirle a Seishiro que la dejara paralítica ahí mismo;y cuando hubo controlado aquellos deseos,volvió a la sala y se sentó en el sofá,junto al pelirrojo;mientras su cola se movía de vez en cuando y apoyó con cuidado su cabeza en uno de sus hombros,mirando atentamente la pantalla.*
-A todo esto...¿Qué es un muerto viviente,Sei-kun?-

-Uhm... generalmente cuando mencionan eso se refieren a los zombies –le explicó con paciencia, ni inmutándose por la cercanía de la conejita mientras terminaba de elegir el idioma y colocar el idioma en un punto justo. Iba a ser divertido si la escuchaba gritar en alguna escena–; ya sabes, cadáveres putrefactos que de la nada cobran vida, en la mayoría de las películas sufren de hambre y buscan alimentarse de la carne humana... Aunque, la referencia es ambigua –meditó en voz alta–. También podrían estar haciendo referencia a los vampiros. Seres nocturnos con colmillos y fuerza sobrehumana que también buscan alimentarse de sangre, desangrando completamente a sus presas y convirtiéndolos en uno de ellos.

¿Por qué todos los seres anormales de las películas de miedo tenían que alimentarse de carne o sangre humana?, se preguntó entonces. ¿Qué acaso no podían alimentarse sólo de animales o ser vegetarianos? La verdad era que ya las películas de miedo no tenían nada de novedoso. Pero no prestó mucha atención, y sin más, le dio Play a la película.

-Oh...interesante,me gusta más la primera opción.-
*Dijo mientras le ponía atención a Seichiro.Definitivamente,había muchas cosas que desconocía,por lo que resolvió,que cuando el chico se fuera a dormir,ella vería televisión,a ver su podía aprender algo de utilidad,y para demostrarse a sí misma que era útil para muchas más cosas que el sexo.Hasta donde sabía,Porque mal que mal,ella seguía siendo vírgen.Pero siendo pet,a nadie mas que a tí le importa.Aún apoyada en el hombro de Seishiro susurró.*
-Sólo recuerda que,mal que mal,aún soy virgen.-
*Luego de eso,se acurrucó en el hombro de el muchacho,cuidando de no molestarley colocó una de sus manos sobre la de él,más que nada para sentir aquel contacto,mientras veía la película.*
-No entres a la casa,no entres a la casa...demonios,entró a la casa.-

Conforme la película avanzaba, se notaba para quien le viera, cómo el muchacho se iba aburriendo ligeramente. Era una de esas películas que ya había visto cerca de un millón de veces, y ya nada le sorprendía, por eso casi toda su atención se fue de la pantalla aún con el sonido algo del teatro en casa, y justo cuando menos se dio cuenta, el pulgar de la mano que su compañera sostenía había comenzado a acariciarla inconscientemente.

Comenzó a divagar sin darse cuenta, conforme los minutos pasaban y la trama de la cinta avanzaba, sin mucho interés suyo. Tenía tiempo para acostumbrarse a la convivencia con aquella conejita mientras estuviera de vacaciones, porque una vez las clases comenzaran sabía que todo inevitablemente se complicaría. Ya encontraría la manera de acomodarse al horario, aunque tampoco le gustaba la idea de dejarla a ella sola en el departamento... y tenía de dos para elegir, o meterla al secundario para que empezara a estudiar, o se ponía a trabajar. Igual y todavía faltaba mucho para que eso sucediera, tenía tiempo para preguntarle qué opinaba al respecto.

*Entre alaridos y destripamientos bastante idiotas,apoyada sobre el hombro de Seishiro,sintió como el pulgar de el acariciaba su mano,y decidió abandonarse a aquel sentimiento,tentada luego a probar los labios de él.Lo miró y notó que no estaba muy interesado en la película,así que a su simple saber y entender,era mejor que descansara.Tomó el control y detuvo la película.*
-Sei-kun...-
*Murmuró de pronto acomodándose junto a él,rodeando su cuello en un infantil abrazo,viéndolo atentamente,para no perderse segundo de su respuesta.Acarició lentamente su cabeza y,armándose e valor,sus labios se encontraron con los de Seishiro,en un beso que no pedía nada más que poder sentir el calor de su boca, y su mente abandonarse a las sensaciones que la mareaban y le llegaban de todos lados de la habitación,sólo por aquel contacto labial con el muchacho.Aquello era tan extraño,tan novedoso,que por la única razón que se le ocurriría separarse,sería para volver a besarlo.*

Por un instante, el corazón del muchacho dio un ligero brinco en su pecho, pero sólo porque aquella chica le había tomado tan desprevenido por andar perdido en pensamientos, que tan sólo llegar a tierra le había mareado. No importó, no se lo preguntó. Sentirla contra sus labios fue suficiente para perder el interés por entender lo que pasaba, y ni siquiera notó el instante en que una de sus manos subía hasta la mejilla de la chica, acariciándola con cuidado en un recorrido que se detuvo en su nuca cuando presionó contra su boca sin siquiera pedir permiso antes de introducirse en la misma quizá con cierta brusquedad.

La ligera sensación de presión en el pecho apareció junto con el sabor de la chica frente a sí, pero todo pensamiento ajeno a aquella boca se perdió con facilidad ante la increíble calidez, y terminó por irse al caño cuando su lengua rozó la de la muchacha sin poder evitar profundizar al instante. Quizás aquello era culpa en parte por la pequeña dosis de alcohol que hubiera ingerido antes, pero eso poco importaba ahora que podía jugar un poco con labios de aquella conejita, mientras su otra mano viajaba, casi sin darse cuenta, hasta la estrecha cintura de la fémina.

*Se sintió sorprendida al sentir la correspondencia de Seishiro a aquel beso;le pareció algo brusco e incómodo al principio,hasta que sintió la lengua del muchacho palpando el interior de su boca,jugueteando con la suya,en un húmedo y tendador encuentro.Su sonrojo se hizo bastante notable;se sentía prisionera de aquellas manos que acariciaban su cintura y reposaban en su nuca de manera posesiva,y quería seguir siéndolo.
Una de sus manos se soltó del abrazo y comenzó a deslizarse hacia abajo,encontrándose con el torso del chico,una tentación muy grande para ignorarla.Siguió bajando hasta llegar al borde de su playera,por debajo de la cual entró su mano para luego volver a subir,logrando así tener pleno contacto con la piel tibia de su pecho y su abdomen;la cual ansiaba recorrer,acariciar,besar y morder.
Bajó entonces la mano de Seishiro desde su nuca a su cadera,para poder separarse de él un poco y acomodarse con libertad,sin romper aquel beso;mientras que su mano acariciaba el torso del chico,ya casi desnudo al ir subiéndo la playera de él en el proceso.*

La mano masculina que antes ella hubiera bajado hasta sus propias caderas, fue la misma que detuvo el recorrido de aquella que se deslizaba por su pecho, sosteniéndola con cierta firmeza. Él se separo con los ojos cerrados, algo agotado, y tras suspirar por lo bajo llevó la mano libre hasta la boca de ella, acallándola silenciosamente con un dedo sobre sus labios para que no mencionara nada por unos instantes; esos instantes en los que él recuperaba la consciencia.

Muy en el fondo sabía que no quería llegar a esa instancia con ella, no todavía, y necesitaba mentalizarse antes de flaquear. Sabía que a final de cuentas el que esosucediera sería inevitable, pero no quería que fuera tan pronto, porque así lo único que lograría sería que su subconsciente marcara a aquella conejita como un simple juguete sexual, y después sería muy difícil llegar a verla como algo más. No quería llegar a verla de aquella manera, no podía permitírselo.

-... Vamos a dejarlo hasta aquí... –musitó quedo, quizás con un tinte demasiado frío para ella, y la soltó para hacerse a un lado, sentarse al borde del sillón y aclarar sus ideas. Tal vez lo único que necesitaba era dormir un poco, sólo tal vez.

*De pronto,su conciencia pareció reaccionar,al ver que Seishiro detenía el beso y sus caricias,dejándola confundida y con aquella sensación de calor en su boca desapareciendo lentamente.
Se alejó hasta el otro extremo del sillón,dándole la espalda,confundida,aún con las mejillas encendidas y la sensación de la lengua de Seishiro dentro de su boca.Si bien aquello le había gustado,ahora se sentía incómoda,ya que no tenía idea de por que su amo había detenido la situación,así que lo primero que pasó por su cabecita fue que no le atraía a Seishiro en ese sentido,después de todo,era pequeñita y sus pechos ni siquiera podían mencionarse como tales.Suspiró.*
-...Está bien.-
*Dijo sin voltear a mirarlo.Sólo se digno a levantarse del sillón y salir caminando hacia su habitación,nosin antes darle un vago "Buenas noches,descansa" sin siquiera voltear a verlo.
Llegó a su cuarto y apenas entró,cerró con pestillo la puerta tras de sí,apagó las luces y se tiró boca abajo en su cama,esperando no despertar en un buen rato.*

El suspiro quedo ni siquiera se escuchó cuando él se puso de pie, dispuesto a apagar todo y asegurar la puerta para poder irse a dormir. Ella había malentendido, no tenía que ser genio para darse cuenta, pero tampoco estaba de ánimos de perseguirla y explicarle todo; quizás hasta el día siguiente cuando pudiera estar cómodo consigo mismo y tranquilo.

Esa fue la idea que le llevó a negar con la cabeza, cerrar los ojos unos instantes, y darle la espalda a la puerta de la recamara donde aquella conejita se encontraba para poder internarse en su propia habitación, directo a la cama y a hundirse en la almohada. Quería poder olvidarse de todo unos instantes, y volver a preocuparse a la mañana donde quizás los humos se les bajaran a ambos. A veces el tiempo era necesario para despejar un poco la cabeza.

-... Que descanses... –susurró entonces, aunque sabía que ella sería capaz de escucharle, y en realidad ni siquiera buscaba que le escuchara.

Se giró de lado sobre la cama, y aguantando las ganas de ponerse la almohada sobre la cabeza cerró los ojos y dejó que los minutos lentos y tortuosos terminaran hundiéndolo entre sueños hasta el siguiente amanecer.

*A la mañana siguiente,el resplandor matutino del sol empezó a quemar sus párpados,haciendo que se volteara molesta,sin querer despertar,mas el sol,incesante,ahora le quemaba la espalda,desesperándola.Al fin optó por levantarse y hacer algo de desayunar,lo que la llevó al descubrimiento de que no tenía idea de como cocinar nada.
Por suerte tenía un desarrollado uso de la lógica,por lo que dedujo,por las habitaciones y distribución de la casa,Seishiro vivía solo,viviendo sólo,como la mayoría de los hombres,comería comida precocinada,por lo que luego de vestirse fue a la cocina en su busca.Abrió el refrigerador y lo encontró vacío a excepción del potre del día anterior,el cual no le pareció adecuado para un desayuno.*
-Dios mío...cómo vive este chico...-
*Dijo suspirando,y resolvió comprar algo,ya fuera para calmar los ánimos de la noche anterior junto con el hambre.
Primer problema:No tenía dinero.Entró a hurtadillas a la habitación de Seishiro,al cual se acercó decidida a descubrir que tan pesado era su sueño y empezó a picarle una mejilla con un dedo,luego con una ramita,y luego con una palo de pool.
Luego de comprobar que dormía como un cadáver, revisó entre sus ropas,buscando su billetera.
Cuando al fin dió con ella,salió de la habitación tal y como había entrado,y decidida a hacer algo nuevo y tratar de olvidar el incidente pasado,atravesó el pasillo y la sala dando saltitos con la billetera en su bolsillo,hasta llegar a la puerta del departamento,la cual cerró tras de sí cuando salió rumbo a algún super.*

No le llevó más de diez minutos para terminar de despertarse, completamente renuente a despegarse del colchón, sólo para levantarse y notar la primera cosa extraña apenas pudo pasarse una mano por el cabello y el rostro intentando desperezarse: la puerta de su habitación estaba entreabierta, y él, como siempre, la había cerrado antes de caer inconsciente a la cama. Luego, como iluminación y sin que tuviera que hacer esfuerzo alguno, su ceño se frunció cuando notó que, efectivamente, tampoco su billetera estaba donde, supuestamente, debería de estar.

-Aya... –susurró casi por inercia, sabiendo que no podía haber otro culpable para aquellas coincidencias, y se frotó con paciencia las sienes en un esfuerzo por mantener la serenidad y no ponerse de mal humor tan temprano.

No resultó. Encontrar no sólo el cuarto que le hubiera asignado apenas el día anterior como el resto del departamento completamente vacío, fue suficiente para hacerle enojar. ¡Esa maldita coneja se había escapado! ¡Y con su cartera! ¿O habría huido...? ¡Iba a lincharla si descubría que la tontería de la noche anterior le había fundido las neuronas para llevarla a hacer tal tontería!

Pero no, se repitió apenas descolgó el teléfono de la cocina, y volvió a colgarlo. Ni siquiera habían pasado un pasado doce horas desde la última vez que la había visto, y no tenía la certeza de que hubiera huido como para hablar a la policía. Lo odiaba, pero iba a tener que esperar. Sólo por eso volvió hasta su habitación hecho una furia, buscando su toalla y un cambio de ropa antes de encerrarse en el baño de un portazo. El agua cayendo pronto comenzó a hacer eco entre las cuatro paredes de aquel cuarto que lentamente se llenaba también de vapor, y el pelirrojo se dispuso a asearse para dejar al tiempo hacer su trabajo y, tal vez, ayudarle a borrar un poco el pésimo humor que se cargaba.

*Luego de unos cuantos minutos de que el chico había entrado al baño,se escucharon unos pasitos lentos y forcejeos cada vez un poco más fuertes,aunque sin resaltan dentro de todos los sonidos de la mañana.
La puerta del departamento se abrió y luego por ella entró Aya,arrastrando un enorme manojo de bolsas,llenas a más no poder,las cuales con algo de de dificultad arrastró hacia un lado de la sala,no muy lejos de la puerta.
Cerró el departamento y antes que todo fue a abrir las cortinas y ventanas,para que entrara el aire matutino,y al abrir la cortina que llevaba al balcón,no pudo hacer más que quedar maravillada con la vista.Sonrió.*
-Bien,ahora debo guardar todo y preparar algo delicioso.-
*Dijo,sacando de su bolsillo un papel arrugado que le había dado la señora de una tienda en la que había comprado;donde podía leerse la composición y preparaciónde ciertos platillos,lo cual le quitaba ya un peso de encima.
Volvió al interior del apartamento,refrescada por el aire de la mañana,y lentamente empezó a sacar los contenidos de las bolsas,guardándolos donde correspondiera.Carne empaquetada,verduras,frutas,jugos,refresco,leche,fideos,pan para la cena y demases fueron abandonando las bolsas y quedando guardados en la cocina.
Al terminar,satisfecha con su labor,y algo sudada debido al esfuerzo que le había tomado acarrear las bolsas y ordenar todo,decidió tomar una ducha.
Pasó por enfrente de la puerta del baño en camino a buscar una toalla,y escuchó las gotas de agua de la ducha caer,dándole a entender que el chico ya se había levantado.Se encogió de hombros,ya nada le molestaba en absoluto,y estaba feliz por el aire matutino,así que fue a su habitación ,hizo su cama y limpió lo que pudo,para luego hacer lo mismo con la de Seishiro.Cuando acabó,se desplomó en el piso de la habitación,sonriente mientras miraba el techo.*

El vapor tibio escapó del pequeño cuarto de baño lleno de azulejos apenas la puerta de éste se abrió, y los pies descalzos del muchacho lo llevaron con plena tranquilidad hasta su habitación, aunque apenas ingresó se quedó de pie en la entrada. No llevaba más que la parte inferior vestida, dejando a la vista lo pantalones de jean ligeramente holgados, llenos de bolsillos a los costados, pero no se inmutó, o al menos no demasiado, mientras terminaba de secarse los cabellos con una toalla sobre la cabeza y la mirada gris fija en quien en ese momento, invadía el suelo alfombrado de su recamara.

-... ¿Dónde estabas? –cuestionó ligeramente frío, sin dejar de revolverse el cabello ya casi seco.

En realidad, la pregunta había sido ya mera curiosidad, porque verla ahí y confirmar que en realidad no había huido era un alivio. Ahora su mayor preocupación era saber qué rayos había hecho con su billetera, y después, buscar alguna camiseta entre sus cajones que pudiera ponerse.