Nuestra casa...

El mensajero paro en la puerta del domicilio que le indicaron, dejando al Pet en la puerta para llamar al timbre y en seguida irse, dejandolo completamente solo.
Rolo se encontraba atado de manos, con unas cadenitas que se ataban al cuallo, los ojos tapados por una venda completamente negra y una mordaza en la boca, con una pelotita, donde se hundían sus colmillos. Esperaba pacientemente a que abriesen la puerta, algo incomodo al estar así.

Escucho abrirse la puerta y lo primero que percibio fue un olor, embriagante y delicioso, luego su voz.... envolvente y clara. Nada mas escucharlo pudo percibir parte su carácter y personalidad, aquél era su amo. Se dejo guiar a ciegas, algo torpe, hasta que le sentó y volvio a esperar sus movimientos, sonrojandose ligeramente al oir sus ultimas palabras. Entonces le retiró la venda y frunció el ceño, tratando de acostumbrarse a la claridad para poder mirarle fijamente, clavandole sus ojos violetas mientras sentia como un escalofrío le recorria por entero nada mas verle. Un sonidito salio de su garganta y murio en la mordaza, haciendo que le mirase de forma algo lastimera, pidiendo que le quitase aquello.

Se ruboriza ante esa caricia, sin dejar de mirarle, escuchando sus palabras con atencion. Nada mas retirarle la mordaza tosio escandalosamente, ahogado de tanta saliba acumulada, sonriendole timidamente despues de que le liberara por completo, agradecido, casi sin prestar atencion a lo que dijo de aquellos cachibaches.
Cuando le tendio la mano, la miro dubitativo y acabo cogiendola.

-Hai, Nii-san -dijo. hablando por primera vez, parandose a su lado.

Siguio a Lelouch a traves de todas las habitaciones, sin perder detalle de nada de lo que le mostraba, recordando donde estaba qué. Miro el baño con interés, pensando en que quizás si se daría una ducha mas tarde, nada mas girarse, dejo de pensar en nada, viendo la dulce sonrisa que le dirigia el mayor, sonrojandose de forma casi imperceptible. Luego vieron la habitacion y Rolo se tenso ligeramente, claramente nervioso cuando Lulu dijo "los dos", apretando inconscientemente el agarre de su mano.

-Si... me gusta mucho -dijo sin apartar la vista de la unica cama que ocupaba la habitacion, sonrojandose de repente.

Al darse cuenta, desvio la mirada tan rapido como pudo, tratando de disimular.

Se ruborizo al notar como el mayor se reia de su sonrojo. Suspiro aliviado de que no comentase nada sobre ello o pareceria un farolillo de tan solo pensar en ello. Le miró sonriente ante su propuesta.

-Si, comamos juntos nii-san -contesto sin despegar los ojos de la sonrisa de su amo, la cual le encantaba desde la primera vez que la esbozó.

Rolo siguio a Lelouch por la casa cual pollito a gallina, sonriendo levemente mientras miraba la nuca del chico, pensando en la suerte de amo que le habia tocado, pues a sus ojos parecia perfecto. Se alzo sobre la punta de sus pies para mirar la nevera sobre e hombro del mayor. No tenía ni idea de que elegir, hasta que visualizó algo que hizo que sus ojos brillasen un tanto.

-Eso...? -contesto dudoso, señalando la leche merengada. Una vez la habia probado en la pet y ciertamente le encantó, aunque no estaba seguro de que fuese lo más adecuado para comer en ese momento.

Espero algo impaciente a que su amo le diera el veredicto, mirandole con fijeza mientras este estaba pensativo. Esto no le desagradaba del todo, pues Lelouch era muy atractivo y aquella pose le hacia mas aún. Ya estaba algo embobado en aquella simple vision cuando el moreno volvio a hablarle.

-¿Fresas...? -repitio dubitativo, mirando a donde estaba la fruta y localizando las mismas, sonriendo nada mas verlas- Hai, me encantan!

Veia entretenido como preparaba todo, con una sonrisa casi imperceptible. Se sento donde el mayor le indico, mirando de manera algo golosa aquel dulce.

-Le esperare aqui... -asintio recostandose en la silla, sonriente, para verlo ir.

Se quedo mirando las fresas y la leche en silemcio y absoluta concentracion, preguntandose si debía esperar a Lelouch o sucumbir a la tentacion. Al final se decanto mitad y mitad, no comiendo nada, pero manchando dos de sus dedos de leche y lamiendolos, encantado.

Se sobresaltó cuando susurro eso a su oido, estaba tan sumido en lo que hacía que ni habia notado cuando se le había acercado. Giro su cara para encontrarse la del mayor muy cerca, haciendo que se sonrojase ligeramente.

-¿Por qué no..? -preguntó inocente, ladeando luego un poco la cabeza al ver que traía algo en la mano.

-ah... -dijo simplemente, dejando de lamerse los dedos de inmediato, limpiandose las manos.

Luego cogio la bolsa que le tendia Lelouch, feliz de que le hiciera un regalo. Cuando vio el vestido, lo observo ruborizado, mirandolo de arriba a abajo, con curiosidad, escuchando lo que decia el moreno. Así que era de su hermana... se preguntaba que le habría pasado a esta, aunque el hecho de que no anduviera por la casa y su ropa siguiera alli le daba una pista, por lo que prefirio no indagar en ello y sonreirle.

-Hai, así lo haré -dijo obediente. Se lo pondría si así lo quería su amo.

Se dejo acariciar, cerrando un ojo mientras que le miraba con enl otro, con una leve sonrisa. Asintio a todo lo que dijo, viendolo marcharse de nuevo , peinandose de nuevo como pudo, mirando fijamente por donde se fue, mientras comia distraidamente una fresa en merengue. Cuando acabo de comer (realmente solo comio unas seis mas) guardo las cosas donde se las habia visto sacar a Lelouch y salio, sin olvidarse de coger la bolsita con el vestido. Cuando entro en el salon, vio como el moreno miraba aquella fotografía y pasó de largo, en silencio para no molestarlo, hasta que al fin salio de alli por la otra puerta.

-¡Ire a ducharme Nii-san! -dijo solo entonces, entrando al baño y comenzando a desvestirse.

Escucho que ya habia encendido el termo y espero unos minutos. Ya se habia desnudado por completo y se abrazaba a sí mismo para protegerse del fresco que guardaba el baño. Despues de un ratito entró y se puso bajo la regadera, de la que ya salia agua caliente, comenzando a ducharse, no tenia ganas de llenar el baño y pasarse horas en el agua. Cuando Lelouch le volvio a hablar cerro el grifo para contestarle.

-¡Hai! -dijo volviendo a encenderlo.

Nunca había comido pizza, estaria bien probarla. Despues de enjabonarse y aclararse bien, se seco con una toalla y miro el vestido con cierto recelo, pero la simple idea de ver la sonrisa de su nii-san le despejo toda duda y se puso el vestido, con cierto trabajo, pues nunca se habia puesto ninguno. Se miro al espejo unos segundos, sonrojado. Realmente le quedaba perfecto. Salio timidamente del baño y fue al salon...