Llegando con Koga

Al poco de salir de casa Aya condujo al pet hasta el que seria su nuevo hogar. Por el camino recordo que hacia demasiado que no hacia la faena del hogar, lo tenia echo un desastre. Al llegar solto la mano del okami para buscar la llame por los bolsillos, sin soltar la chaqueta que llevaba colgada del otro brazo, abrio la puerta y antes de darle paso al pet asomo la cabeza por la puerta comprobando la realidad... en vez de un piso parecia una pocilga.
Bufo resignado, no podia dejar al otro fuera mientras recogia todo aquel desastre asi que abrio la puerta de par en par.
El piso estaba medio a oscuras pues las persianas estaban medio bajadas para que no entrara demasiada calor, la puerta de cristal que llevaba a la pequeña terraza estaba medio abierta para ayudar a refrescar el piso.

-Adelante... perdon por el desastre. -

Se adelanto para subir algo mas las persianas, ni siquiera miro el desastre. Algunas revistas amontonadas sobre la mesa al igual que algun plato de la cena y comida anterior... por suerte el comedor esta medio visible.

Al llegar a casa de mi amo me emocioné, era grandísima. Estaba desordenada pero eso me daba igual. Tendría mucho sitio por el que correr y jugar con mi amo. Eso me hacía feliz, me encantaba su casa y aunque estuviera un poco desordenada me daba igual. Ese era el lugar en el que pasaría momentos inolvidables junto a mi amo. Estaba por salir corriendo y explorar toda la casa por mi mismo, pero esperaría a mi amo, a que me la enseñara él.
-¡¡¡Qué grande ~~!!!-dije asombrado- ¿Me la enseñas? -pregunté con una sonrisa-.

Miraba asombrado toda la casa hasta que llegó al final.
-Me encanta! -dije sonriendole a mi amo y imitando su movimiento. También le rugieron las tripas, pero lo ignoró- Dormiré con mi amo, si no te importa ... -.
Luego volvieron a rugirme las tripas y miré a mi amo con cara de perdón.

Tomé el plegable y tras un rato pensando en que cojer me fijé en una ración que ponía "Jamón" y señalé eso. No sabía lo que era, pero me daba igual, sonaba delicioso. Volvieron a rugirme las tripas cuando me acordé de que la casa tenía patio y corrí hacia el patio para ver las vistas. Pero antes de llegar la ropa del pet shop toda sucia y rota se enganchó en un pico que sobresalía y se me rompió entero quedando desnudo tirado en el suelo.