Recogiendo un apartado.

La pequeña campanilla de la puerta resonó apenas el muchacho ingresó en el lugar, con una mirada ligeramente aburrida, recorriendo todo con la mirada y sin sacar las manos de los bolsillos de su sudadera. Se veía pulcro, algo que en definitiva no se esperaba de una ‘Pet Store’, aunque quizás estaba paranoico por aquellas tiendas donde todo lo que se escuchaban eran ladridos, pajarillos piando, maullidos y demás, acompañado claro de un aroma nada agradable; tenía que recordarse que no era lo mismo.

-¿Buenas...? –llamó a ver si alguien respondía, apenas se acercó a la recepción, o lo que al menos él pensaba, era la recepción. Aquel lugar sin duda era bastante fuera de lo común.

Él alzó una ceja, extrañado por la inusual presentación, pero decidió no darle mucha importancia al momento de sonreír con cierta gracia. ¿Trabajaría sola ahí esa chica? Porque al parecer, iba a necesitar ayuda, las mujeres no estaban hechas para el trabajo pesado.

-Sí gracias, vengo a recoger... a un pet –le hizo una seña queda de que le esperara mientras hurgaba en sus bolsillos, hasta encontrar un papel dobladito que desdobló al segundo para extendérselo; era la nota de la compra, con el registro del nombre tanto suyo como de la conejita, una tal Aya Shirayuki–. Se supone que me harían el favor de cuidarle hasta que viniera a recogerle, y aquí estoy.

Tomo el papel y lo comienzo a hojear con mucho cuidado
-hmm..nombre bien, nombre de la pet también esta bien el nº de serie también esta bien-
le sonrió mientras saco otra hoja comienzo a transcribir los datos
-espere un segundo al tiro le traeré su pet señor^^-
Termino de transcribir y le entrego la hoja
-aquí tiene no la valla a perder es muy importante-
Me dirijo hacia un teléfono y comienzo a hablar
-hola, quiero que me traigan la pet que tiene el numero de serie :40 es una usagi-

-Muchas gracias –asintió tras volver a doblar el papel y guardarlo bien, aunque no muy preocupado ante la idea de perderlo–. Y antes que nada... quería preguntar, ¿hay algo en especial que deba saber? Ya sabes, en cuanto a cuidados especiales y eso..., no estoy muy enterado del tema que digamos.

Oh sí, porque ésa iba a ser su primer pet, y aunque la idea le animaba la curiosidad, también le preocupaba un poco. ¡Esa pet definitivamente no iba a ser como una novia! Porque estaba seguro que ninguna de las parejas que había tenido habían dependido de él como si de un niño pequeño se tratara.

-Entiendo –la miró un instante; ella también era bastante bonita, pero había muchas chicas bonitas en todos lados, y no siempre eran lo que buscaba, ya lo tenía comprobado. Sonrió con gracia, muy tentado–. Pues gracias por el dato, aunque eso sí es... extraño, prácticamente me dices que vive del sexo la criatura –rió un poco, contenido–; debe tener mucho aguante... ¿no? –y en ese punto, la miradita disimulada le llegó a la castañita.

¡Más que mascotas sonaba como si fueran juguetes sexuales! Que respiraban, eso era gracioso, no cabía dudas de que el ser humano sí que se las ingeniaba para las tonterías más grandes.

Le sonrió
-pues básicamente si pero no te dejes llevar por el echo que solo viven por sexo son muy amables y gentiles-
Empiezo a jugar con mi collar mientras sonreía nostálgicamente
-son mas que eso-

Ahora le tocó a él verla con curiosidad.

-Debe ser inevitable no encariñarse, ¿no? –sonrió de lado–. A menos que uno no tenga sentimientos, pero está bien, es lo que los hace especiales.

*Unos pasitos confundidos se escucharon desde la trastienda.Arrítmicos,como si de vez en cuando pusieran e duda su camino,se fueron acercando cada vez mas,hasta que el ruido estrepitoso de un choque contra la puerta seguido de un inmenso quejido y varias blasfemias e insultos que no se pueden reprodicr aquí cortaron el tan dudoso sonido*
-Auuuuuuuch~!!!
Me doy! ¿Que acaso los humanos lo piensan todo hasta la parte donde acaba con sexo?¿De quién fue la dichosa idea de llevar los ojos vendados,en serio!?-
*Se escuchó desde tras la puerta,manteniéndose como eco por unos segundos*

La risa ligera inundó de pronto el silencio de la habitación que duró, realmente, escasos segundos. Entonces el muchacho sólo le hizo una pequeña seña a la encargada, como pidiendo permiso para acercarse, y tras dar unos pasos y abrir la puerta para ver a la conejita que permanecía sentada en el suelo, se hincó a su altura buscando ayudarle.

-No preguntaré si dolió mucho, creo que eso fue muy obvio –comentó intentando reprimir la risita queda, pero sin atreverse a tocarla de momento por respeto, sólo inspeccionándola silenciosa y minuciosamente con la vista; otra chica bastante bonita–, en cambio preguntaré, ¿estás bien, o crees que necesites un poco de ayuda para levantarte?...

*Ladeó la cabeza confundida;definitivamente era la voz de un hombre la que le hablaba,y no se escuchaba como la de un gordo fetichista y hentaioso,así que por el momento se sintió segura*
-Estoy bien,no necesito ayuda...-
*Dijo,estirando su mano a la nada.Luego de un momento de meditarlo agregó*
-Pero si me pudieras decir donde hay una pared donde pueda apoyarme,te lo agradecería de todo corazón n_nU-

Tras una pequeña sonrisa divertida de él –que volvió a tragarse las ganas de reírse ante la actitud de la chica–, buscó una de las manos de ella para tomarla con algo de cuidado y guiarla hasta el muro a su lado, tan sólo a unos pasos.

-Aunque en mi opinión, creo que sería más sencillo si te quitaras la venda, ¿no? –opinó como quien no, y es que en realidad él no entendía el objeto de que anduviera vendada por ahí tropezándose con cuanta cosa encontrara en el camino.

*Sonrió con obviedad,aunque no sabía ni adonde ni a quien le sonreía*
-Se supone que debo quitármela sólo cuando vaya a ver a mi amo...aunque no creo en el amor a primera vista,pero será...así que si me dices donde puedo encontrar a mi amo o ama para quitarme ya esta tontería de la cara,te agradecería mucho...-

-Así que a tu amo... –susurró observándola unos instantes con detalle, hasta que reparó en la mano de la chica, y en el número de dos dígitos que residía plasmado en ella; era número de serie cuarenta si no mal había dicho la otra chica antes–, y... entonces tú debes ser Aya –se acercó un poco a ella, apenas de cuclillas, y con mucho cuidado llevó las manos hasta la parte trasera de su cabeza donde la cinta permanecía amarrada, soltándola con cuidado para retirarla y dejarle los ojos descubiertos; sonrió con diversión–. Mucho gusto bunnygirl, Yamada Seishirô ante ti.

*Apenas estuvieron descubiertos sus ojos,la luz externa la encegueció.Cuando ya las formas y los contornos de las cosas comenzaron a hacerse más nítidos,vió a aquel chico pelirrojo de nombre Seichirou frente a ella y,aunque siempre había renegado todas las tradiciones idiotas de los pet,se enamoró de él inmediatamente.Aunque tampoco iba a reconocerlo.*
-¿Yamada Seichirou es mi amo entonces?
¿Puedo al menos llamarte Sei-kun?-
*Dijo mirando al chico,tratando de disimular el repentino sonrojo que tenía en las mejillas*

Una vez más, la risita queda fue demasiado tentadora para él.

-Sí, supongo que sí, si así te acomoda mejor..., no tengo ningún problema –apoyó la mejilla sobre una mano, de pronto entretenido con el sonrojo de ella, y llevó su mano desocupada hasta rozar una de sus mejillas encendidas con el dedo índice, como una caricia diminuta–. Vaya, sí eres bonita... ¿Segura que aún no quieres que te ayude a levantarte, o puedes sola?...

-Está bien Sei-kun,puedo yo sola.-
*Dijo sonriente mientras se ponía de pie,apoyándose en la pared a la que el chico le había guiado con anterioridad.
Al lograrlo con relativa facilidad,asumió que no tenía daños mayores y seguía en condiciones aceptables.*
-¿Ves?Pude hacerlo por mí misma...-
*Y luego recordó que aquello nada tenías que ver con su orgullo,lo más factible habría sido que el chico se hubiera preocupado por ella únicamente,así que se acercó,y dando un pequeño rodeo,lo abrazó por la espalda,fuertemente.*
-Aún así,muchas gracias Sei-kun.-

Tras una sonrisa entre juguetona, divertida y graciosa, las manos de él subieron hasta sostener las de ella, primero con suavidad, y luego ligeramente más fuerte como para asegurarse de que ella no fuera a soltarle. Vaya que las famosas mascotas eran bastante cariñosas, pero diferente a lo que hubiera podido pensar, no le molestaba; o al menos no en ella.

-En realidad no hay nada qué agradecer –susurró de pronto, colocándose de pie con la chica colgando tras suyo de su cuello como changuita, sin dejarla libre como si en realidad para él no pesara nada; y quizás así fuera–, pero de todas formas... Ando de buenas y con ánimos, ¿tienes hambre o preferirías que fuéramos a comprarte algo de ropa antes?

-Pues...por la ropa no tengo problema,así que no es un asunto urgente.-
*Dijo aún abrazada a el,disfrutando de aquel momento.Aquel chico no era nada como se lo había imaginado,era bastante joven,no parecía un fetichista y no parecía un acosador.Hasta era bonito.*
-¿Qué tal si vamos a comer algo entonces,Sei-kun?-
*Sonrió y,acomodándose sobre él,rodeó el torso del chico con sus piernas,más que nada para no cargar todo su peso en el cuello de él.Así quedó un poco más arriba,alcanzándo a ver desde tras de él.*
-Que tonta soy! Quizá le peso demasiado o no quiera cargarme;debí preguntarle si prefiere que camine...-

-A comer algo... –susurró de forma pensativa, sin siquiera darle bola a la conejita que ya tenía trepada como araña en la espalda; en realidad no le molestaba, y aunque la imagen pudiera verse rara desde algún ángulo, a él, al menos en ese momento, sólo se causaba risa–... ¿Como qué tipo de comidas te gustan, o qué se te antoja? Para saber a dónde podríamos ir...

Sí, se decía mentalmente, era mejor empezar ese tipo de relación con el pie derecho, porque si iban a vivir juntos... pues qué mejor que llevarse bien desde el inicio, ¿no? Además una pequeña salida para comer y conocerse le ayudaría a mentalizarse para cuando llegaran a su departamento.

-Déjame ver...-
*Dijo en ademán pensativo.En realidad no estaba muy instruida en lo que de comida se trataba,nunca supo lo básico,ni la distinción entre desayuno almuerzo y cena,sólo los sabores que más le agradaban,por lo que respondió.*
-Helado de frambuesa,gusanitos de goma agridulces,papitas de esas de tarro,palomitas de maíz de microondas y gaseosa de limón...¿Se puede?-
*Preguntó sonriente,de manera que a cualquiera que no conociera sus conocimientos culinarios le parecería descaro.*

-Ésa es pura comida chatarra –respondió tras reírse un poco–. ¿Pero qué les daban de comer en este lugar...? –susurró como pensamiento en voz alta, sólo para sí mismo antes de negar–. Vamos a comer comida, eso que quede para el postre si te queda espacio –concedió sin hacerse problema, luego de caminar hasta el escritorio para despedirse en un asentimiento de la encargada y dirigirse a la salida; comenzaba a agradarle la curiosa y peculiar compañía de aquella conejita.

¡Sí, aunque sonara raro eso y fuera para reírse! Se había imaginado cualquier cosa menos lo que se había encontrado en esa tienda, y quizás, así era mejor. Al menos para él.

--> . Restaurante .