Primera salida... ¿o cita?

Tras haber entrado al mall, el primer piso les recibió con una descomunal tienda de ropa y accesorios, donde quizá, la sección más vistosa era la de damas, pero él apenas le dio una mirada, pues tal como le había dicho su pet, la ropa de momento no le interesaba ni era fundamental; el segundo piso ni siquiera lo vieron, pues subieron en elevador directamente hasta el tercer piso donde se les abrió el paso a un acogedor restaurante de aspecto colorido y familiar.

La bajó entonces de su espalda con mucho cuidado, apenas agachándose lo suficiente para permitirle soltarse de él con cuidado y que buscara la mesa que más le gustara para sentarse, y ahí, no faltó mucho para que una mesera les tendiera el menú y se retirara dándoles tiempo para escoger. Su mesa había quedado pegada a la ventana, donde podía verse con facilidad y desde aquella altura la ciudad que les rodeaba.

-Sabes leer, ¿no? –casi volvió a sonreír tentado; aunque suponía que debería ser una de esas funciones con las que ya venían los pets de “fabrica”–. Sólo mira algo y dime si se te antoja, procura que no sea de la sección de postres, porque eso es hasta el final...

*Miró detenidamente el menú,absorta en la multitud de posibilidades que se atropellaban frente a sus ojos.Nunca en su vida había imaginado que habría tanto comida y tan diferente;viendo algunas cosas podía adivinarse sin esfuerzo alguno lo que era,como bolas de pulpo o pescado frito,pero quedó bastante confusa cuando se encontró con cosas como lasagna,espaghetti,curanto...y por amor de Dios,¿Qué demonios era un taco?*
-Lo siento;si sé leer,es que se me dificulta escoger algo cuando sólo conozco la mitad de lo que aquí mencionan...deberían poner dibujitos junto a los nombres,o una descripción...-
*Volvió a hundir su rostro en el menú,tratando de comprender a que debería saber un burrito,y si en realidad era una cría de burro servida en un plato.Más confusa que antes,optó por preguntarle a su amo.*
-Sei-kun...dime algo...¿que son ésas cosas "tacos","espaghetti" y "lasagna"?...Y los burritos...¿están hechos con burritos de verdad?-

Una vez más, aquella simpática conejita consiguió de él una risa queda, verdaderamente divertido, pero no contestó más allá de una pequeña sonrisa antes de llamarle a la camarera y pedirle de favor el menú infantil; ésta, era casi igual al normal, con la ligera diferencia de que cada platillo venía con una pequeña foto del platillo al lado de su nombre como muestra y los ingredientes con los que se encontraba compuesto cada uno entre paréntesis. Así, a punto de vista de él, sería más fácil para ella y no le llevaría tanto tiempo elegir algo de comer.

-... Y estos, son los burritos –le señaló el dibujito en el menú tras haberle explicado todo el cuestionamiento sobre los alimentos–, que son prácticamente lo mismo que los tacos, sólo que más grandes y hechos con tortilla de harina... –explicó con una extraña e inexplicable paciencia.

-Oh,ya veo;gracias Sei-kun.-
*Dijo mirando la fotografía que le señalaba Seichiro(Y en su mente también lo llamaba Seichiro o Sei,ya que pensaba que llamarlo amo era sólo fomentar la idea de que los pets eran sirvientes sexuales o juguetes) y asintiendo con la cabeza,volvió a mirar la carta,esta vez buscando los nombres que despertaron su curiosidad.Al encontrar los tacos y el espaghetti,los encontró bastante normales,y el espaghetti en especial,nada apetecible,ya que se le hacia la idea de pequeños gusanos con salsa.Cuando se encontró con la llamada lasagna,sonrió.Era un pastel.Leyó los ingrediente y llegó a otra conclusión;un pastel salado.Los humanos podían hacer cosas buenas,quien se lo imaginaría.*
-Hmm...me llama la atención eso que llaman lasagna,se ve apetitoso Sei-kun.-

-Y espera a que la pruebes –coincidió mirando atentamente el mismo menú, hasta que asintió como para sí mismo–. Sí, creo que pediré lo mismo, me has antojado –se aguantó la risa, antes de que volvieran a llamar a la mesera esta vez para pedir la comida y las bebidas –algo que tomó un par de minutos extras para explicarle a Aya la composición de algunos refrescos–.

La mesera por otro lado, sólo había hecho esfuerzos para no dejar a la vista lo graciosa que se le hacía la situación, y apenas anotó en su libretita y se retiró llevándose los menús, la mirada grisácea del pelirrojo se posó obre la conejita frente a sí.

-Los humanos realmente se las ingenian para cualquier cosa, ¿no? –comentó de la nada, sólo por empezar una plática común mientras esperaban la comida–. Me refiero, al asunto de los pets...

-La verdad es que yo no lo llamaría ingenio...sólo tomaron una idea vieja que usaban para satisfacer una necesidad y la mejoraron de manera que usaran los nuevos recursos que tenían a mano.-
*Dijo de pronto mirando a Seishiro,no le parecía alguien desesperado por contacto humano;no se imaginaba por que había adquirido un pet...quizá fuera un pervertido bien camuflado,o dueño de un red de pornografía.*
-Básicamente los pets son muñecas inflables preinfladas,que gimen y no necesitan de lubricante.Una mala broma de el "ingenio" humano,lo cual no me agrada en lo más mínimo,pero es mi función.-
*Vió detenidamente al chico y sonrió,nunca en la tienda hubiera podido hablar así con alguien,o al menos expresar aquel punto de vista tan contradictorio que tenía.*

-¿Tú crees? –sonrió un poco–. En este mismo momento estás contradiciendo tus propias palabras, porque a mí no me pareces una muñeca inflable preinflada que gime, aunque... lo del lubricante no lo sé –Ahí sí, fue inevitable no reír un poco, pero intentó olvidarlo para volver a verla un instante–. Creo que si no fuera por esas orejas, parecerías una chica normal, aunque muy bonita... ¿O acaso tú también te sientes como una muñeca inflable con una única función...?

*Negó moviendo la cabeza enérgicamente,haciendo que sus orejas se tambalearan un poco,y luego su mirada se fijó en el chico pelirrojo.*
-No me veo como una muñeca...pero es díficil romper el standar cuando sin sexo durante 10 días te mueres,las chicas normales normalmente se enamoran con el paso del tiempo,tienen una bonita relación,y luego ese momento es una unión física muy romántica y especial...la que haces por tu completa voluntad,no por que a un gracioso se le ocurrió que fuera tu sustento.-
*Dijo y luego tomó aire,se había extendido mucho en su explicación y pensaba que aburría al chico,por lo que tomó la desición de que no hablaría a no ser de que le preguntaran algo.*

La mirada atenta del chico no se despegó de ella aún cuando guardó silencio, y aún cuando la mesera llegó para dejarles los refrescos correspondientes mientras la comida salía él no llegó más que agradecerle con un movimiento de cabeza mientras se retiraba, pero los ojos grises siguieron prendados de la curiosa conejita. Era interesante, y le gustaba.

-¿Sirve de algo... decir que no te conseguí por el asunto del sexo? –preguntó con cautela, aunque sin borrar la sonrisa relajada, expectante a sus reacciones–. Para serte franco, lo hice por mera curiosidad, el asunto del sexo cada diez días lo supe hasta que fui a la tienda a recogerte –rió un poco, aquello era la mera y pura verdad; ¡él no tenía la culpa de eso!– . Estaba aburrido, y pensé que esto podría ser interesante..., hasta ahora no me he arrepentido de mi decisión.

*Al oir esto se lo quedó mirando con curiosidad.Por que sí,ella ahora le pertenecía,y al contrario de todo lo que se había imaginado en la trastienda mientras esperaba,no le molestaba obedecerle o ser del él,quería pertenecerle,le parecía demasiado dulce,en una extraña manera de serlo,claro.*
-Ya veo,entonces...creo que me gustará mucho ser tuya Sei-kun.-
*Dijo ladeando una sonrisa inocente.Luego de un rato,recordó que nadie le había aclarado a el que los pets se enamoraban a primera vista;ella no se lo había dicho,y si no sabía ni de la regla de los 10 días,menos sabría que ella estaba enamorada de él desde que lo vió,así que resolvió declarársele,pero como era bastante infantil,esperó hasta que Seishiro estuviera bebiendo de su refresco,con la esperanza de que la impresión le hiciera salir el líquido por la nariz*
-Te amo Seishiro,desde que te ví en la tienda.-

Efectivamente, Seishiro tuvo que dejar el vaso sobre la mesa de la inesperada tos que le atacó tras casi haberse ahogado con el líquido de la impresión, llevándole varios segundos siquiera poder tranquilizarse un poco, y calmó su respiración llevándose una mano para darse pequeños golpes al pecho con el puño cerrado, regulando su agitación.

-V-Vaya... –atinó a responder con cierta pizca de gracioso nerviosismo–. Esas son declaraciones demasiado fuertes y comprometedoras, ¿estás segura de lo que dices?

¡Porque dudaba que fuera alguna treta de seducción! Ella no parecía de ese tipo de chicas, y además, lo había dicho sin el más mínimo pudor. ¿Sería acaso una broma?

*Asintió divertida por la reacción del chico.*
-Verás,cuando a un pet se le quita la venda de los ojos,la primera persona que vea es de la que se enamorará perdidamente,independiente si quieres o no;es otro de los malos chistes del diseñador además de la regla de los 10 días-
*Hizo una pausa,y con cuidado,tomó su refresco y bebió un poco,ordenando sus ideas mentalmente antes de exponérselas al chico*
-Por eso es que quien nos quite la venda debe ser nuestro amo.Si no fuera así,sería bastante problemático para la persona que te compra,ya que serías como dinero perdido.-
*Dió otro sorbo a su refresco y luego miró a Seishiro detenidamente;esta vez no pudo evitar ruborizarse,mientras su expresión era de devoción pura hacia él.*
-Y sí estoy segura.Te amo.-

-¡Eso es plan con maña! –rió en voz alta, tentado y sin siquiera molestarse en disimularlo, pero le restó algo de importancia mientras se pasaba la mano sobre los cabellos revueltos como recobrando la compostura–. Pues, no sé qué decirte –afirmó con sinceridad tras una sonrisa vencida–, no creo ser el más apropiado para decirte si ‘amarme’ así como dices sea bueno o malo, pero, quizás sí no sea lo mejor...

Aunque no podía afirmarlo del todo, porque según le había dicho que los pets se enamoraban a primera vista, y no sabía si era precisamente bueno cuando él solía no llegar muy lejos en sus relaciones. ¿Estaría bien, aunque ella fuera una pet, jugar de esa manera? No, no importaba lo que ella fuera, seguía sonando mal jugar con los sentimientos.

*Lo miró atentamente cuando él le dió una respuesta,su primera impresión es que,claro,si la había obtenido por curiosidad,era lógico que no quisiera un compromiso muy grande,sólo saciar sus dudas con respecto al tema.Le causaba curiosidad ver como habría reaccionado el si ella no fuera una pet.*
-Quizá no sea lo mejor...pero ya no hay vuelta atrás desde que quitas la venda;y honestamente,aunque pudiera,no lo haría.No pareces un mal chico,no me inspiras desconfianza,y no eres como el común de los humanos.
Sólo me queda una duda....-
*Dijo,y saco de uno de sus bolsillos una pañoleta que había encontrado en los dormitorios antes de ser adoptada.Se la puso sobre la cabeza de tal manera que sus orejas quedaron completamente ocultas bajo esta,dándole a simple vista la apariencia de una chiquilla normal.*
-...Si yo luciera así todo el tiempo,¿tú crees que cambiaría algo entre nosotros?-

-¿Debería? –alzó una ceja sin entender del todo la cuestión–. Seguiríamos siendo un par de extraños que no conocen casi nada el uno del otro... Con o sin orejas sigues siendo una chica, ¿no? Muy bonita, pero eso no logra que lo que pueda llegar a sentir cambie para bien o para mal –bebió un poco más de refresco, intentando liberarse de la incómoda sensación que le había quedado en la garganta luego de casi atragantarse, y tan sólo minutos después la mesera volvió a hacer acto de aparición para dejar ambas raciones de comida y desearles un sencillo ‘Buen provecho’.

Tal vez hubiera podido sonar cruel... de nuevo, pero de nada le servía mentirle, no a ella, porque tarde temprano se daría cuenta, y las mentiras tenían patas cortas. Después de todo, acababa de conocerla, y diferente a ella, él no podía decirle amarla por apenas conocer su nombre.

*Al oir al chico una profunda angustia la embargó;el tenía razón,apenas se conocían hacía un rato,y aunque ella lo amara desde que lo vió,para los humanos no funcionaba igual.Aquello era cruel.Ella de enamorada y él,bueno,ni idea de lo que pasaría por su cabeza,y suponer era demasiado.*
-Sí.Tienes razón Sei-kun.-
*Dijo quitándose la pañoleta,mientras su orejas se estiraban hacia arriba por inercia.Para su fortuna,la mesera ya había dejado aquel pastel salado sobre la mesa,así que no tuvo que pensar mucho para encontrar en que volcar su atención.Comenzó a mirar la comida desde diferentes ángulos,se veía bastante hermoso;hasta le hacía sentir pena comérsela.Olío la lasagna y el aroma de la comida caliente le resultó tendador,finalmente,tomó un tenedor y cortó un trozo para luego llevárselo a la boca,saboreando,maravillada con aquel nuevo sabor.*
-Es...tan delicioso.-
*Dijo maravillada mientras unas gotitas,unas lagrimitas de felicidad se formaban en las comisuras de sus ojos.*

-Qué bueno que te guste, aunque me haces dudar sobre el tipo de comida que les dan en la Pet Store –rió un poco con cierto nervio mal disimulado, porque aquel tema cada vez lo veía de peor manera; ¿los tendrían acaso desnutridos que sólo conocían los dulces, o sería sólo un caso especial para esa conejita?– ... Voy a tener que darme la tarea de alimentarte mejor, definitivamente... –pensó en voz alta sin notarlo, mientras se ponía a picar su plato también.

¿Sería que ella estaba tan delgadita por estar desnutrida...? Se le hacía grosero preguntar, así que mejor se quedaba callado, pero aún así, aquello sólo le daba a pensar que desde ya iba a ser interesante demostrarle a Aya todas las diferentes variedades de comida que existían.

-¿Lo dices por qué cuando me preguntaste que comida prefería te nombré solo...¿cómo fue que les llamaste?...postres?-
*Preguntó con una sonrisa pícara*
-Esa comida me la procuraba yo,no creerás que me pasé toda la espera en la trastienda,¿cierto Sei-kun?.
Las encargadas las guardaban a veces y yo me encargaba de llevármelas;el aroma era demasiado tentador...excepto la gaseosa de limón,esa la descubrí por casualidad.-
*Dijo mientras con el tenedor se llevaba otro poco de lasagna a la boca,masticando con cuidado,saboreando cada porción de aquel alimento tan sabroso mientras miraba a Seishiro.Si el supiera a lasagna,sería el momento más glorioso de su corta vida*

-Ah, una conejita traviesa –comentó a broma sin despegar la mirada de su plato, también concentrado en probar del sabroso platillo–, y adicta a los dulces... Bien, quizás si te quepa tengas oportunidad de probar algo más dulce después –animó.

Aunque, quizás, luego se arrepintiera por acostumbrarla a comer ese tipo de cosas, luego tendría que estarla llevando de restaurante en restaurante, o... quién sabe, aprender a cocinar esas comidas él. Lo que fuera más fácil o divertido, estaba seguro de que no se aburriría nunca más.

-Por cierto... –murmuró distraídamente, picando el tenedor en la comida sin separar la mirada de éste–. ¿Nunca te dio miedo...? Con todo eso de saber que un día un amo te adoptaría..., imagino que debiste pensar mil cosas al respecto, ¿no?...

*Levantó de pronto su vista desde el plato,para mirar a Seishiro.Efectivamente,el chico parecía haber dado en el clavo,ya que su mayor temor desde que tenía memoria era el tipo de persona que lo adoptaría.Terminó de comer tranquilamente otro trozo de lasagna y lo miró concentrada en sus recuerdos.*
-Pues...si te has fijado,soy una chica corta de estatura,de pechos mas bien pequeños,con orejas de conejo e "inocente" en apariencia.
Habían probabilidades muy grandes de que me adoptara ese tipo de personas sedentarias,solas,fetichistas y pederastas,que me hicieran hacerles "cosas" mientras estuviera frente a la computadora y...¡¡Iugh!!.-
*Dijo de pronto teniendo un escalofrío.El sólo imaginarselo ya le daba miedo;y ya de la imagen mental hasta se le había ido el apetito.Luego miró a Seishiro,dando gracias mentalmente por que su amo había sido él y nadie más.*
-Por fortuna tú eres mi amo Sei-kun...y hasta donde sé,eres lo contrario a lo que imaginé...aunque bien podrías ser pederasta;y me queda averiguar si eres fetichista,quizá lo haga mas tarde.-
*Dijo sonrojándose,aunque sin dar muestra alguna de inocencia en sus palabras;recobró el apetito (junto con un apetito muy diferente al de lasagna) y comió otro poco,sonriente.*

-Uff... eso no fue nada indirecto –sonrió por lo bajo, aunque él en realidad, apenas venía cayendo en cuenta con el asunto de la intimidad, y ciertamente la imagen tierna de esa chica no... bueno, no era precisamente lo que le atraía en ése sentido–. Y bueno... pero aún falta que pase un buen tiempo antes de que puedas dar cualquier tipo de opinión completa... ¿no crees?... Aunque creo que eso también va para mí... –susurró como para sí mismo sumergiéndose en aquellas palabras, probando otro bocado de su plato.

-No iba con intención de hacerlo indirecto Seishiro.-
*Dijo distraidamente,mientras miraba por la ventana del lugar.
Era increible lo que se sentía ser "libre",estar fuera de la tienda y poder ver más allá de 4 paredes (sin ventanas por lo demás) que solían rodearla.Sonrió.Luego se dedicó tranquilamente a terminarse su lasagna,la cual según ella,podría ser el mayor invento de los humanos,su sabor era bastante especial y combinaba con la textura.*
-Creo que lo de la cantidad de tiempo para dar una opinión definitiva puede variar.-

-... Quizás –coincidió más que nada por no llevarle la contra, sólo porque aquel le parecía un tema demasiado ambiguo como para ponerse a discutirlo. Eran de las cosas que no valían la pena discutir si no quería llegar tener un debate con aquella conejita.

La platica después escaseó, pero no porque hubiera carencia de temas o ganas para platicar, sino porque cada quién prefirió concentrarse en comer y dejar la conversación para después. No duraron mucho en realidad, aún después de que los platos de ambos quedaron vacíos, y aunque sus estomagos parecían no llenos pero sí satisfechos, Seishirô cumplió su palabra cuando le dejó a Aya escoger alguno de los postres del menú para que se lo embolvieran para llevar. Lo comerían en el departamento, aprovechando que quizás luego de caminar se les bajaría la comida, y sería mucho más cómodo disfrutar de aquel dulce con alguna buena buena película en su sala y con el home theater.

Así, sin mucho más que hacer luego de pagar la cuenta y dejarle su propina a la mesera, emprendieron camino hacia el departamento del muchacho.


--> Departamento #010. Yamada Soushirô