Uno más, no más~~

Ese día estaba de los nervios, se removía de un lado a otro del comedor, cosa que no entendía ya que ni con Ritsuka hubo tenido aquel nervio. Tal vez fuera porque el vampiro había sido elegido por ella misma, cosa que en este caso no había sido.
Suspiró cansada y tomó asiento de nuevo, segundos fueron los que se mantuvo sentada ya que de nuevo se levantó y corrió a la habitación para llamar su amigo, se estaba tardando y en cualquier momento llegaría el pet.

-¡Ya! Acelera el ritmo chico… cada día tienes peor puntualidad. - Masculló colgando el teléfono y regresando al comedor.

Se sentó en el sillón a la espera de que llegaran “sus invitados”.

El mensajero llegó enfrente de la puerta de Aya y me dejó en el suelo. Luego sonó un timbre y el mensajero que decía.
-Soy del pet shop, traigo un pet-dijo mientras golpeaba la puerta impaciente-.

Al escuchar el timbre se alzó para abrir la puerta, al parecer no era la única impaciente por los toques en la puerta.

-¡Ya va! ¡Ya va! - Exclamó caminando tranquilamente hasta la puerta, la abrió y sus ojos se iluminaron al ver al pet. - Sugoi… - Lo tomó de la muñeca, lo hizo entrar con cuidado y cerró la puerta de golpe olvidándose del mensajero.

-Ña… En breve llegara tu amo. - Sonrió dándole la vuelta para llevarlo adentro.

Al oir la voz de una chica me sorprendí, me habían dicho que era un hombre, pero al escuchar lo que me dijo lo comprendí.
-(¿Le pregunto que me quite la venda?)-pensé, pero mejor sería que lo hiciera mi amo.
-¿Cuando llegará mi amo?-le pregunté inocentemente.

Rió algo nerviosa, aquella pregunta le recordó la inmaculada impuntualidad de su amigo. Lo condujo hasta el sofá y lo sentó esperando a que llegara el impresentable, al menos ella le llamaba así.

-No creo que tarde, ya debería de estar aquí. - Suspiró pensando en la regañina que le daría a Shin. - ponte cómodo… aunque sea con la venda… -

Ya estaba cerca del hogar cuando Aya le llamo al telefono, cuando vio de quien se trataba ni ganas tenia de cogerlo... de seguro le iba a saltar unos cuantos gritos pero a caso se lo cogio, afirmandose asi los gritos.
Gruño entre dientes mientras colgaba el telefono, esa chica cada vez le sacaba mas de sus casillas y ni muy bien entendia el porque le hacia ir a su casa en un dia como ese. Continuo camino hasta llegar al lugar, miro a un lado pensando en la bronca que le iba a caer por "su inpuntualidad" cosa que pocas veces le pasaba.

Al llegar a la puerta toco el timbre y golpeo un par de veces la puerta.

-¡Aya! ¡Abre de una vez! -

Me desperté de repente al oir un poco de revuelo en la casa. Me froté los ojos con las manos y entré en el salón así, pero de repente me sobresalté un poco al ver a otro pet en casa.
-(¿Otro pet? ¿Es que Aya-Sama no me quiere?)- pensé un poco triste y antes de que nadie me viera me escondí detrás del marco de la puerta, aunque no muy bien porque podían verse mis pies descalzos desde el salón.

Sentí que me ponían encima del sofá y me acomodaba, luego escuché como alguien tocaba el timbre : ese era mi amo. Me puse muy nervioso de repente porque dentro de unos pocos minutos podría verle. Tambíen sentí a alguien que estaba sigililosamente por allí; mi oído era demasiado fino.
-Abre la puerta, por favor -dije demasiado nerviso-.

Bien parecía que sus palabras fueron escuchadas cuando justó tocaron al timbre. En la forma de tocar pudo reconocer rápidamente de quien se trataba, se incorporó y fue hacia la puerta sin darse cuenta de la presencia de Ritsuka.

-¡Hasta que al fin apareces! - Exclamó mientras abría la puerta y le hizo señas de que entrara. - Llegó antes el okami que tu… -

Regresó al comedor viendo unos pies descalzos tras el marco, caminó hasta allí para encontrarse con el pequeño vampiro. -Buenos días. - Le revolvió el pelo y le tomó de la mano para llevarlo con los demás. - Bien… ahí está el pet que aguarda por su amo. - Comentó mirando a Shinichi. - Anda, no le hagas esperar más. -

Ignoro sus palabras cuando le abrio la puerta, tan solo se quedo con la palabra "okami". Arqueo una ceja sin comprender demasiado hasta que llego al comedor y escuchó el resto.
Al parecer lo que habian hablado un dia habia ocurrido, pero tremenda sorpresa se llevo al ver que habia sido ella quien le habia comprado uno. Suspiro mirando a Aya y desvio la mirada al que se encontraba sentado en el sofa, se le acerco y se agacho frente a el.

-¿Cual es tu nombre? - Pregunto secamente.

Suspiré aliviado al ver que el pet no era para ella si no para el nuevo chico que acababa de entrar en casa. Miré a Aya-Sama y le sonreí al tiempo que la abrazaba y miraba atentamente al chico y al pet, esperando ver que pasaría entre ellos dos.

Escuchó mucho jaleo por ahí hasta que al fin le abrió la puerta. Sentí como mi supuesto amo se acercaba a mi y me ruboricé levemente sin que nadie me pudiera ver. Luego mi amo me preguntó algo, estaba ansioso de que me quitara la venda para verlo. Su voz izo que me ruborizara ya visiblemente.
-Me llamo Ko-Koga, ¿y tú? -le pregunté tartamudeando-.
No quería presionarle a que me quitara la venda, a lo mejor le molestaba. u.u

Se le hacia molesta la chaqueta con lo que se la quito mientras escuchaba el nombre del pet y la dejo a un costado del sofa bien puesta. Ladeó la cabeza manteniendo su semblante serio, parecia nervioso por su pequeño tartamudeo con lo que sonrio ladino.

-Koga... - Murmuro para si. - Shinichi... aunque te dejo llamarme Shin, mas corto... - Llevo las manos hacia los hombros del okami, las mantubos unos instantes ahi y las llevo al poco hacia las ataduras de las vendas. - Te voy a sacar esta cosa... - Masculló deshaciendo el nudo lentamente para no tirarle en ningun momento del pelo.
Sabia lo que queria decir quitarle la venda a un pet, con lo que fulmino con la mirada a Aya unos instantes y la regreso al okami mientras dejaba caer la venda.

Notó aquel abrazo con lo que pronto lo respondió de igual forma, su vista estaba posada en Ritsuka hasta que un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo con lo que miró a Shinichi, el cual le acababa de fulminar con la mirada.

-Em… mejor dejémoslos solos. - Con una pequeña gota se encaminó a la habitación, parecía que la presencia del vampiro no le importaba, pero la suya propia si.

Escuché su nombre, era precioso.
-Shin ... -mumuré muy bajito-.
Luego, cuando me estaba desatando el nudo de la benda me sorprendí. Creía que lo quitaría más tarde. Cuando mi benda cayó lo primero que ize fue abrir los ojos pero no podía ver mucho por la claridad y el tiempo que habían estado cerrados. Cuando ya podia ver más claramente, miré hacia donde creía que estaba mi amo y lo vi allí. Era muy guapo, tenía el pelo negro con algunas mechas blancas y ojos amarillos.
Me encantaba, simplemente. Cuando terminé de verlo de arriba a abajo me quedé tímidamente en el sofá.
No quería abrazarlos ni nada por si le molestaba.

Fruncio el ceño levemente sonriendo de soslayo, le parecia bastante timido cosa que le agrado... Encontraba como todo un reto arrebatarle esa timidez.

-¿no te guste? - Pregunto burlon por el silencio del pet.

Se levanto y sin mas se sento a su lado, torciendo el cuello para verle en todo momento. No sabia muy bien que decirle, simplemente le acaricio la cabeza, revolviendole un tanto el pelo.

Me preguntó una cosa absurda, claro que me gustaba. Luego se cambió de lado, pero todo el rato me miraba. Era el amo perfecto.
-Me en-ca-tas! -dije mientrás me acercaba a él como si fuera a abrazarlo- ¿Puedo? -pregunté con carita de pena-.

Tal vez tiempo atrás con ese “me en-can-tas” se hubiera sonrojado pero en ese momento simplemente sonrió ladino. Hizo el ademán de responder el abrazo cuando se le acercó pero al ver que no hacia nada no se detuvo y le abrazó.

-No debes preguntar esas cosas.. - Apoyó el mentón en su hombro con cuidado. - Koga… ¿te gustaría ir ya al que será tu hogar?-

Miré a Aya-Sama mientras la seguía hasta la habitación.
-Aya-Sama...- susurré algo sonrojado por estar a solas con ella, en su cuarto. Aunque pasaba mucho tiempo a solas con ella el estar en su cuarto me hacía sonrojarme. La mire y luego miré en dirección a la puerta.
-Shinichi se quedará con ese Okami?- le pregunté un poco curioso. Lo había visto algunas veces por el Pet Shop, y me hacía feliz que él también hubiera encontrado dueño. Además, Shinichi parecía un buen chico, aunque algo frío.

Al llegar a la habitación se sentó sobre la cama, la verdad es que no había mucho que hacer allí pero queriendo dejar a aquel par solos era el único lugar al que “podía” ir. Suspiró y observó a Ritsuka cuando este la llamó.

-¿mm? - Ladeó la cabeza acomodándose mejor en la cama. Se deshizo del calzado para no ensuciar la colcha y alzó los pies, doblando las piernas frente al pecho para abrazarlas. - Hai, se quedará con él. Bueno si no se lo fuera a quedar supongo no le habría quitado las vendas. -

En ese momento incorporó la cabeza, frunciendo levemente el ceño. - Si no se lo queda saldrá por la ventana. - Sonrió malévolamente y le hice señas a su pequeño para que se sentara a su lado.

Vi como Aya-Sama me hizo señas y me senté a su lado mirando a la puerta y suspirando. Luego miré a Aya-Sama y sonreí.
-Pues me alegro de que sea así, y si hace eso yo te ayudaré a que salga volando por la ventana.- le dije sonriendole.

Me sonrojé levemente al ver que me abrazó y todavía sonrojado le dije:
-Si, por favor -amablemente y sonriendo-.

Sonrio ladino y poco a poco se separon del okami, mirandolo por unos instantes.

-Esta bien. - Se levanto y camino hacia la habitacion, toco al marco observando a los dos de dentro. - Nos vamos... - Hizo el ademan de regresar con Koga pero se detuvo y miro de nuevo hacia adentro. - Gracias. -

Sin mas a decir regreso al comedor, recogio su chaqueta y tendio la mano al pet.

-Vamos. -

Tomó la mano de su amo y me dirigí hacia la puerta.
-Vamos a casita! >.< -dije emocionado-.
Luego miré al vampiro y a la ama que me había comprado para Shin.
-Gracias -dije sonriendo-.

En silencio salio del hogar, llevandose a Koga consigo.

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